Con la apertura de su primera tienda en Milán, Oliver Peoples celebra la rica historia arquitectónica y de diseño de la ciudad.
En el mundo del diseño, no hay otra ciudad donde trabajar más intimidante que Milán; sin embargo, tampoco hay otra más inspiradora para el trabajo. A Milán se le ha llamado «La ciudad del diseño, un extraordinario laboratorio donde existe una unión indisoluble entre la ciudad y el tejido industrial. Es crucial para el mundo del diseño y la arquitectura de a partir de mediados de los años 50 del pasado siglo hasta el presente y, sin duda alguna, lo seguirá siendo», según Marco Sammicheli en The Design City: Milán. Milán es, a veces, llamada la Nueva York de Italia. Roma es un lugar de relajación, lujo y hedonismo. Milán es un lugar para el trabajo, la creatividad y la producción. Si se destilara para formar una única esencia, Roma podría ser un gran museo; Milán, un gran taller. A diferencia de Roma, donde siempre hay tanta belleza presente, los tesoros de Milán están un poco más escondidos, entre pasillos secretos, entradas ocultas y suntuosos interiores. A veces, es necesario trabajar y hacer de detective para encontrar las recompensas, conocer a alguien, o aprender a reconocer esas joyas ocultas.
La tienda está inspirada en el diseño de un apartamento milanés de los años 50.
El dominio de Italia en todos los campos desde la Segunda Guerra Mundial es innegable. Por ejemplo, en el reino de la moda, tenemos a Armani, Prada, Versace. En el diseño del automóvil están Pininafarina, Bertone o Giugiaro. En el diseño de interiores se encuentran Gio Ponti, Gae Aulenti, Franca Helg y Franco Albini. En el diseño de muebles e iluminación nos encontramos con Vico Magistretti, Achille Castiglioni y Ettore Sottsass. Todos han alcanzado alturas olímpicas de admiración y una influencia perdurable en todo el mundo.
Volvamos la vista atrás hacia el diseño de muebles italianos de los primeros años de la posguerra, el cual estaba centrado totalmente en la calidad y la artesanía y su énfasis estaba en los materiales preciosos y enrarecidos, con piezas únicas elaboradas a mano por hábiles artesanos en estudios y talleres. El país tuvo que trabajar mucho para reconstruirse (no olvidemos que las grandes fábricas habían quedado destrozadas). Debido a los costes y la escasez, el diseño italiano era casi elitista.
A la inversa, EE. UU. inventó la producción en serie y la usó para producir inmensas cantidades de muebles y artículos del hogar al precio más bajo para la creciente clase media de aquellos tiempos.
Las empresas de muebles italianas que dominan el mercado actual no llegaron a valorarse de verdad hasta los años 60. Hoy, la mayoría de las empresas italianas de muebles de gama alta conocidas a nivel internacional tienen su sede en Milán o cerca de Milán.
Cada año, acuden asistentes influyentes de todo el mundo al Salone di Mobile (conocido informalmente como la Feria de Milán), para echar un vistazo a los nuevos diseños de las mejores empresas de muebles y accesorios del hogar. La prensa no tarda en escoger sus favoritos, para celebrarlos o criticarlos; y los falsificadores se apresuran a copiarlos. Cada primavera, nacen nuevos diseños, que quedan escritos en los libros de la historia y son expuestos en hogares y oficinas...
Brad Dunning
Dar el primer paso al interior de la tienda de Oliver Peoples de Milán es como entrar en un mundo de ensueño residencial de diseño italiano de la posguerra...»
o se relegan a los oscuros y arcanos contenedores de basura o a las carpetas de diseño llenas de fallos y fracasos, y vuelta a empezar.
Los italianos demuestran año tras año que el diseño no es simplemente un aliciente para el consumo, sino una celebración de la belleza, y demuestran que el gran diseño puede ser no solo un símbolo de rango, sino algo estimulante y apasionante, capaz de mejorar vidas.
Milán es ahora el cuadragésimo lugar de residencia de Oliver Peoples. Giampiero Tagliaferri, Director Creativo, ha dirigido y creado su tienda más refinada, sofisticada y detallada hasta la fecha.
Su ubicación no podría ser mejor, Corso Venezia 12, justo en frente de Via Della Spiga, en el famoso Quadrilatero della Moda. La «plaza» que rodea la nueva tienda incluye icónicos monumentos arquitectónicos y elegantes tiendas como la Galleria Nilufar («el epicentro de algunas de las joyas de diseño más caras de mediados del siglo pasado y de los diseños contemporáneos más candentes» — Wallpaper Magazine). Hasta la Villa Necchi Campiglio, esa inolvidable casa que aparecía en la película Yo soy el amor, está a unos pasos de la tienda. Con la gran abundancia de estilos arquitectónicos y de interiores en la villa, es posible que te quedes un poco aturdido… o, simplemente, que sientas pura envidia. Puedes usar el popurrí de Santa Maria Novella para reanimarte.
Uno de los veinticinco exclusivos modelos de O’Malley Sun, creado para celebrar la apertura de la tienda.
La mezcla de colores intensos y materiales sofisticados crea una sensación acogedora que ayuda a sentirse en casa en Milán.
Vista a Corso Venezia.
La tienda incluye una selección especial de muebles diseñados a medida y piezas vintage.
Oliver Peoples se ha unido al club exclusivo de esta enrarecida vecindad. Está alojada en un clásico edificio comercial italiano de antes de la guerra, diseñado al estilo racionalista.
Su aspecto arquitectónico está caracterizado por una mezcla de modernidad, simetría, simplicidad y elementos clásicos en versión reducida.
Al nivel de la calle, el edificio está cubierto de losas de mármol Ceppo di Gre, una piedra a menudo usada en Milán que se identifica por su grosor agregado en gris cálido y blanco ostra. Tiene un aspecto similar al terrazo y se extrae exclusivamente de Italia, cerca de Bérgamo. Hoy en día, esta piedra es especialmente relevante, moderna y «apropiada».
Dar el primer paso al interior de la tienda de Oliver Peoples de Milán es como entrar en un mundo de ensueño residencial de diseño italiano de la posguerra...». Es un testimonio y una celebración contextual. El Ceppo di Gre del exterior del edificio ahora está también aplicado a los suelos y las paredes del interior, lo que da lugar a una conexión visual fluida al entrar al edificio. Una impresionante mezcla de muebles vintage se alterna con los elementos personalizados del salón de exposición; los expositores de gafas evocan a los clásicos del diseño italiano de mediados del siglo pasado, convertidos en ingeniosos estantes, vitrinas y mesas. Cada diseño reconocible te derretirá el corazón y te hará prometer tu lealtad y declarar repetidamente un «ti amo».
Brad Dunning
El concepto para la nueva tienda está basado en la idea inicial de crear «el apartamento milanés de ficción más chic de los años 50».
Su aspecto arquitectónico está caracterizado por una mezcla de modernidad, simetría, simplicidad y elementos clásicos en versión reducida».Nada más entrar, te encuentras en un lado del «salón», con estanterías con libros, un sofá y asientos. Al otro lado, se encuentra el «comedor», con su mesa, sillas y un aparador. En la parte trasera, detrás de dos imponentes espejos triangulares y las columnas cubiertas de madera de teca, hay una zona que se asemeja a un «estudio», en la que se realizan las transacciones.
La original moqueta de seda, tejida en India, queda al ras del suelo —más preciosa imposible— y no hay nada que absorba el color mejor que la seda. Hablando de color, uno de los éxitos quizá más sublimes e impresionantes son las combinaciones y elecciones de los colores del interior, en las paredes y los muebles, como el azul polvo, el amarillo mostaza, el burdeos intenso y el gris cálido: una paleta italiana perfecta para el período.
Gio Ponti, Ico Parisi, Vittorio Nobili, Luigi Caccia Dominioni, Osvaldo Borsani y muchos otros están representados con sus diseños o hábilmente evocados en los accesorios comerciales, un verdadero tributo al diseño italiano de mediados del siglo XX.
Para realzar aún más el ambiente, más bello que nunca, está el equipo estereofónico Brionvega de 1965, diseñado por los hermanos Castiglioni, el reproductor más fantástico jamás diseñado, además de la colección de vinilos especialmente seleccionada para el disfrute visual y auditivo del visitante.
Nadie luce sus gafas de sol y de vista mejor que los italianos. Es muy probable que, al leer esto, te hayan venido a la mente imágenes de Marcello Mastroianni o de Sophia Loren. Y nadie ama, ni aprecia, ni entiende el estilo de las gafas (¡todo el estilo!) más que los italianos. Por eso, es lógico y apropiado que Oliver Peoples tenga la tienda más grande de Milán, la capital del diseño... Si esto no es una unión celestial, o milanesa, entonces no sé lo que es.
Texto: Brad Dunning
Retratos: Paola Pansini
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