La casa García
de John Lautner en una película

Las fotos de la película de Hendrik ofrecen una mirada a este asombroso lugar y para comprender realmente la Casa García es necesario remontarse hasta 1962. Lautner construyó esta morada no convencional para Russell García, compositor y notable músico de jazz de Hollywood. Colocó la casa con forma de almendra sobre cajones de acero angulares para que ninguna parte de la estructura central tocara el suelo.

Desde la época en que acogió a la familia García, la residencia ha aparecido en películas de Hollywood y ha sido frecuentada por invitados famosos. Con el pasar de los años, la casa cayó en decadencia y uno de los dueños en los años 80 quitó muchos elementos originales de su interior y dejó solo el soporte para cepillos de dientes, el soporte para papel higiénico y el fregadero de la cocina. En 2002, John McIlwee, ejecutiva del mundo del entretenimiento, y su esposo, Bill Damaschke, productor de Broadway, adquirieron la casa del actor y director Vincent Gallo, quien dijo que cambiaría sus vidas.

“Esta casa ha cambiado nuestras vidas de una manera que nunca habríamos imaginado“, dice McIlwee, “desde el crecimiento personal hasta las interacciones que hemos tenido con las personas“. Gallo regaló los planos originales de la casa a la pareja y ellos trataron de devolverle su antigua gloria. Además, McIlwee se unió a la junta de la Fundación John Lautner (es el único propietario de una casa de Lautner de la junta). Con la ayuda del estudio de arquitectura Marmol Radziner, el diseñador de interiores Darren Brown y el diseñador ambiental Josh Sharp, la pareja dedicó años a la Casa García, mientras vivía allí, convirtiéndose básicamente en guardianes de su legado arquitectónico. “La política arquitectónica de Lautner era que si hubiesen surgido mejores tecnologías en el futuro, había que cambiar las cosas y mejorarlas”, explica McIlwee. “Logramos hacer las cosas que era necesario hacer pero, excepto los muebles, sigue manteniendo su aspecto original”. En 2008, la pareja añadió una piscina, que formaba parte del diseño original de Lautner. Su forma refleja la de la casa y, dada su posición, es necesario atravesar la propiedad y entrar en contacto con la impresionante topografía del lugar.

“Hay dos sentimientos que definen la casa: uno muy glamuroso, sexy y sofisticado y una sensación muy californiana de 'Soy parte de la naturaleza'”, dice McIlwee. “John Lautner fue un maestro en la integración de espacios interiores y exteriores. En nuestra casa, tienes que salir del dormitorio para ir al salón para tomar un café por la mañana. La zona es cubierta y estamos en Los Ángeles, así que hace buen tiempo. Pero Lautner brinda la oportunidad de integrarse con el entorno”. Al anochecer, el cañón se vuelve de un color azul brillante a medida que se pone el sol, luego oscurece afuera a ambos lados de la casa con vidrieras.

“En Los Ángeles, nuestros referentes son estas casas”, continúa McIlwee. “Siento que es mi responsabilidad compartirla con la gente. Esta casa nos ha animado a promover la educación de los demás. Lo hacemos con el acceso al museo y los recorridos para estudiantes. Colaboraciones como esta con Oliver Peoples ayudan a promover la causa de la arquitectura y el diseño”. Más allá de su conexión californiana, Oliver Peoples y la Casa García están unidos por los detalles: vidrieras y lentes, cajones de metal a varillas de titanio y más. Por supuesto, ambos fueron considerados modernos cuando se lanzaron y siguen vigentes. “Es un estado de ánimo”, dice McIlwee. “Cuando estoy en la casa, me siento inspirado”. Ya sea que se aprecie personalmente o a través del objetivo de Hendrik, la Casa García es un hito arquitectónico como ningún otro.